Mi nombre es Mariana Da Cunha, mejor dicho, Zulma Mariana Da Cunha. Nací un 15 de agosto en la ciudad de Concordia, Entre Ríos. Fui feliz en esa enorme ciudad… lo fui hasta que dicha ciudad me quedo chica y decidí volar hacia otro lugar.
Llegue a Corrientes capital un febrero con todo el calor que mi cuerpo no conocía. Me adapté fácil aún más en la facultad de Ciencias Económicas. No me costó hacer amigas. Fui feliz, muy feliz. Trabajé y estudié; ambas cosas hicieron que valorara aún más todo lo bueno que la vida me va dando… lo bueno. Por lo demás creo firmemente en Dios y sus pruebas…o destino. No lo sé. Pero esa cuestión la dejamos para más adelante.
Me recibí de Escribana Pública un 3 de diciembre de 2009, descargué el peso de la mochila de ser la primer integrante de la familia en obtener un título universitario…y siendo mujer, Papá hubiese estado más que orgulloso.
El amor, y mi corazón aventurero que no se detiene por nada, hizo que viniera a Charata un 23 de diciembre de 2011, con un hijo de seis meses (mi dulce Joaquín) y un marido que luchaba por cumplir su sueño.
No ejercí la escribanía por más de dos años, en la ciudad de Sáenz Peña. En Charata solo me dediqué a ser mamá; hasta que un día, una tarde, me decidí estudiar lo que siempre me apasionó: la estética y el maquillaje.
Fue así que un día me vi viajando a Resistencia, junto a Joaquín que solo tenía un año y medio, sola, de madrugada en colectivo interurbano, con frío, calor, lluvia, para cursar en un Instituto clases de Cosmetología. Luego maquillaje.
Y, así van casi 10 años de aquel día en que con mi bolsito marrón de animal print y la cara feliz de hacer lo que te gusta recorría las calles de Charata haciendo manicura y maquillaje a domicilio. Nadie me conocía, pero no me costó tener clientas -tal vez por mi forma de ser- o porque traía la novedad de servicios nuevos.
En 2017 comencé a dar clases de maquillaje y manicura en un Instituto de belleza de la ciudad, lugar en donde actualmente sigo dictando clases. Pero, previamente enseñé a muchas mujeres bellas a maquillarse en un centro de Estética cuya dueña, sin conocerme confío en mí, me brindo su apoyo y sobre todo un espacio para poder trabajar. Esa mujer se llama Marisa, a quien siempre agradeceré por su confianza.
No digo que todo fue hermoso, color de rosas. Llego un día en donde mi mundo se derrumbó. El tiempo se me detuvo y confieso que las fuerzas las había perdido. Mi segundo hijo, Juan Francisco falleció un 30 de agosto de 2018, a causa de una leucemia. Mi corazón se detuvo ahí.
Hoy en día, gracias a la vida, a mi esposo, a las amigas, estoy en pie, cumpliendo sueños. Tengo mi propio estudio de maquillaje, donde también realizo el servicio de manicura y cejas. Entrar a mi lugar todos los días para trabajar en algo que te gusta, te hace feliz, realmente es una bendición. Ahí la vida me premió.
Soy mamá, esposa, emprendedora, manejo mi pequeño lugar, desde turnos, pasando por la publicidad, la limpieza del lugar, etc. Sigo y persigo sueños, me reconcilio con los miedos y le doy tregua a las dudas… tengo días en que estoy agotada y otros en donde no quiero parar.
Amo lo que hago e incentivo siempre, en cada curso que doy o en cada charla con una clienta, para que jamás dejen de soñar, que nunca digan no puedo… todo se puede. Todo se logra, con esfuerzo y dedicación porque no hay receta mágica… todo se obtiene con lucha. Y las mujeres bien sabemos de eso!
Porque si de luchas se trata, créanme que acá, quienes habla, lucha día a día para seguir después de todo… después de la nada, después de haber perdido todo, lo que jamás una madre debería perder, a un hijo.
La vida es una, lo demás es ensayo.
Mariana Da Cunha, propuesta por la Cámara de Comercio de Charata para la recopilación del Ciclo “Mujeres que deberías conocer”, en el marco del Mes de la Mujer.